Introducción de la Autora

En este poemario, Esperanzas Prohibidas, mi primer poemario, realizo una interpretación personal del mundo emocional circunstancial que me rodea. A través de los poemas me desligo del peso de la vergüenza, al mismo tiempo que realizo un ejercicio descriptivo en el cual pretendo realizar un seudo paralelismo. La mayor parte de los poemas son Elegías Apologéticas, descripción bajo la cual deseo conceptualizar el mensaje de los poemas, siendo que estos son un canto a la vida en sus diversos estadios teniendo como protagonista idealizada a la muerte, para reivindicarla y entenderla como la sublime culminación de la existencia material que da paso a otra forma de existencia más conocida como muerte.

Aclaro a todos los lectores que esta es una parte de mi creación literaria, con respecto a POEMARIOS, sobre lo cual respeto las opiniones de toda índole, toda la critica negativa o positiva, por lo cual no serán borrados sus comentarios.
Muchas gracias por leerme,
Lesdia.

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lunes, 18 de octubre de 2010

El lugar de mis recuerdos



Estaba viendo a través de la ventana cuando una bala perdida me dio en la frente, caí hacia atrás, derrotada, mi cuerpo estaba inerte, poco a poco me desangraba y sentía como se apoderaba repentinamente de mí, el frio de la muerte, sentía como era arrastrada al Hades, estaba consciente que de allí ya no había retorno pero no podía hacer nada, y no quería hacerlo, sólo dejarme llevar mientras mis labios intentaban sonreír. En seguida sentí el aroma de la paz eterna, mi cuerpo no pesaba, se había vuelto etéreo, en ese instante todo dejó de tener significado y supe que todo lo conocido por mi hasta ese momento había sido una ilusión, supe que ésa era la realidad, que ese era mi elemento natural, que la vida que yo creía vida fue la historia que ayudé escribir al destino, quise regresar para decirles a todos la verdad pero no me escuchaban, es más, ni me veían, peor aún, no me podían sentir. Fue cuando comprendí que había desperdiciado mis días en cosas superfluas como sentir cólera, tener envidia, pelearme con los demás, discutir, sentirme triste. Todo ese peso se había desvanecido, sólo me quedaba el sentimiento de una inmensa paz, que en ése lugar es eterna, por eso cuando una persona muere dicen que descanse en la Paz Eterna del Señor, pues sí, allí ya no existe el tiempo, sólo la eternidad de donde fluye una constante e infinita paz produciendo algo superior a la felicidad, un estado constante de amor puro, lo trato de describir así porque todavía no conocemos su definición. Tiempo después tuve que regresar pero lo extraño mucho, quiero volver, no me acostumbro aquí todavía, igual, sé que regresaré a mi elemento natural un día y mientras espero quiero poder vivir, sin apariencias, siendo yo misma, sin mentir sobre mis sentimientos, sin mascaras, sin sonrisas falsas, aunque nadie lo entienda, mirando de frente al sol, aunque se terminen por quemar mis ojos.

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