Introducción de la Autora

En este poemario, Esperanzas Prohibidas, mi primer poemario, realizo una interpretación personal del mundo emocional circunstancial que me rodea. A través de los poemas me desligo del peso de la vergüenza, al mismo tiempo que realizo un ejercicio descriptivo en el cual pretendo realizar un seudo paralelismo. La mayor parte de los poemas son Elegías Apologéticas, descripción bajo la cual deseo conceptualizar el mensaje de los poemas, siendo que estos son un canto a la vida en sus diversos estadios teniendo como protagonista idealizada a la muerte, para reivindicarla y entenderla como la sublime culminación de la existencia material que da paso a otra forma de existencia más conocida como muerte.

Aclaro a todos los lectores que esta es una parte de mi creación literaria, con respecto a POEMARIOS, sobre lo cual respeto las opiniones de toda índole, toda la critica negativa o positiva, por lo cual no serán borrados sus comentarios.
Muchas gracias por leerme,
Lesdia.

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viernes, 21 de octubre de 2011

Antes que sea demasiado tarde



Antes que sea demasiado tarde quiero decirte que Te Amo.
Antes que tu lugar se quede vacío por siempre,
antes que te pierda,
antes que sigas tu camino al infinito y no te pueda encontrar.

Antes que sea demasiado tarde...
Antes de perder tu sonrisa,
antes que se apague tu luz.
antes que se muera el amor.

Antes que sea demasiado tarde quiero decirte que Te Amo.
Antes que caiga el día,
antes de empezar a hablar,
antes de poder decirlo quisiera que lo sepas.

Antes que sea demasiado tarde...
Antes de perdernos en el mundo, tan lejos,
antes que regreses y después que te hayas ido,
antes de extrañar tu amor.

Antes que sea demasiado tarde quiero decirte que Te Amo.
Antes, durante y después de la tormenta,
antes que llegue la calma,
antes que me hagas falta.

Antes que sea demasiado tarde...
Antes que te falte la esperanza,
antes que te canses de la vida,
antes que renuncies al amor.

Quiero decirte que Te Amo.

Pude haberla querido más...



Pude haberla querido más…
Pude haberla abrazado más
y haberle dicho, Te Quiero, cada día,
desde el corazón.
Pude no haberme distraído,
pude haberme dado cuenta que la amaba…
como a nadie más en el mundo.
Pero sólo me doy cuenta hoy, que no está,
hoy, que no podrá volver a estar nunca más,
más que dentro de mí,
en mis recuerdos.
Pude haberla querido más…
¿Por qué a veces solía olvidar que la amaba?
No me di cuenta del milagro de su presencia,
de su mirada.
Pude haberla querido más…
Pude haber atesorado más tiempo
pero no alcancé,
no fue suficiente.
Y hoy que no volverá a estar
sé que,
pude haberla querido más.

martes, 4 de octubre de 2011

La indiferencia del silencio


"Niños de plomo" de la Oroya, Perú, uno de los lugares mas contaminados de la tierra.

De frente y de espaldas al mundo
sin razón
pero con motivos
para devastar
para ser esclavos
para seguir consumiéndonos
por fuera
tanto como por dentro.
Temporadas nuevas
depredan
arrecian
comprándole a la vida
un motivo para existir,
dándole la espalda al mundo.

Voraz
el plomo va entrando en la sangre
en las consciencias,
contaminando la razón.
Pasó por aquí
tras los pasos de un niño,
La indiferencia nos alcanzó
el plomo está lejos de nuestro dolor
es un extraño.

Vivimos en el infierno,
en uno que creamos nosotros,
se llama, la indiferencia del silencio.
Porque todo lo que vemos
nos lo callamos
para que nos vaya pudriendo lento.
De qué nos sirve hablar
cuando nadie nos escucha?
Cuando a falta de aplomo,
sólo nos queda plomo en la sangre.
La verguenza cobarde,
la indiferencia del silencio
que nos hace cómplices del dolor.

No quise despertar




Si pudiese atrapar la sonrisa que me visita
dormida
entre destellos.
Si pudiese retenerla,
enclavarla en mi alma
y en mis sentimientos...
Si pudiese pedirle un deseo,
le diría que me lleve lejos,
que me llene de paz.

No me quedé dormida,
lo que pasó es que no quise despertar.
Quise seguir sonriendo,
persiguiendo sueños
dormida.

Amanecí feliz.

Es entonces cuando todo acaba
al despertar
y te das cuenta que
la vida es otro sueño
que Dios se atreve a soñar,
que son blancos y grises
en el arco iris de felicidad.
Te das cuenta que el dolor
pasa
como un inmenso glaciar,
abstraído se va
tras la espuma blanca del mar,
tras el agujero negro de la vida.

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