Introducción de la Autora

En este poemario, Esperanzas Prohibidas, mi primer poemario, realizo una interpretación personal del mundo emocional circunstancial que me rodea. A través de los poemas me desligo del peso de la vergüenza, al mismo tiempo que realizo un ejercicio descriptivo en el cual pretendo realizar un seudo paralelismo. La mayor parte de los poemas son Elegías Apologéticas, descripción bajo la cual deseo conceptualizar el mensaje de los poemas, siendo que estos son un canto a la vida en sus diversos estadios teniendo como protagonista idealizada a la muerte, para reivindicarla y entenderla como la sublime culminación de la existencia material que da paso a otra forma de existencia más conocida como muerte.

Aclaro a todos los lectores que esta es una parte de mi creación literaria, con respecto a POEMARIOS, sobre lo cual respeto las opiniones de toda índole, toda la critica negativa o positiva, por lo cual no serán borrados sus comentarios.
Muchas gracias por leerme,
Lesdia.

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martes, 29 de noviembre de 2011

Las lágrimas de mi abuelo



Se abrió la puerta y encontré a mi abuelo allí, sentado como siempre y como nunca antes lo había estado. Llegué demasiado tarde, se lo había tragado el silencio, no podía hablar, su pena se había tornado tan austera que sólo podía derramar lágrimas. Ahora ya era demasiado tarde, tarde para la vida y para volver a empezar, tal vez tarde para aferrarse con sus manos a una esperanza. Quizás por eso lloraba, ahora sus lágrimas eran algo que no podía descifrar porque habían tantas cosas por qué llorar, que los motivos eran infinitos e inciertos, cabían en un abismo y se los devoraba el tiempo con su desamor, con su tempestad avasalladora. En ese momento pude sentir como somos doblegados por la resignación. Era como si tratara de descifrar los misterios de la vida y preguntarle por qué golpea, por qué asesina, era como preguntarle por qué lastima… No, yo no podía saberlo y él no me lo podía decir.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Veme de lejos


No intentes rescatarme porque no me podrás salvar.
Evita que te muestre mi alma porque tiene cicatrices.
No seques mis lágrimas porque son un caudal incesante.
Ya no trates de encontrarme porque estar perdida es mi fascinación.
Veme de lejos.

No soy tu conquista, soy tu derrota.
No soy las rosas, soy las espinas.
No soy la luz que buscas, soy la oscuridad infinita.
No soy consuelo, soy llanto.
Veme de lejos.

Déjame en el submundo, en este infierno que he elegido.
Déjame sufrir amando.
Nunca te podré seguir, prefiero mi libertinaje.
Jamás te podré decir siempre.
Veme de lejos.

Prefiero quedarme en la desolación que intentar amar.
Prefiero quedarme sola conmigo a que se roben lo único que me queda.
Escojo el eterno vacío a lo breve de un amor.
Soy un ancla en el fondo del mar.
Veme de lejos.

Aparta de mí, tu mirada,
tus esperanzas,
tu amor.
Veme de lejos.

El día que la encontraron muerta



Cuando la encontraron muerta, estaba boca abajo, dormida, sangraba por la nariz pero se la veía feliz, como si la paz se hubiese instalado en su alma para siempre, como si las orquídeas de su jardín secreto hubiesen florecido al fin.

Cuando la encontraron muerta, que fue por la tarde, a la hora de los muertos, el alma se le había volado, libre, como si no dependiera del cielo, como si supiera que la muerte es una segunda vida. Ya había hecho las paces con la vida, tenía un nuevo nombre porque el que tuvo antes se le gastó con el transcurrir de las decepciones y del tiempo que también asesina. Se la veía preciosa, muerta, lejos del mal, intocable, como siempre fue. Bendijo los ojos de todo el que la vio, su paz daba envidia, emanaba dulzura… Hizo que apreciáramos la muerte en todo su esplendor, hizo que nos acercáramos más y el miedo se asustó.

Cuando la encontraron muerta, ya se había ido, estaba a salvo, se quedó dentro de un sueño para no regresar. Podíamos escucharla cuando la leíamos y verla cuando se iba junto con las mariposas. Luego sólo quedaban reminiscencias…

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Rescatándome de la vida


A veces pienso que no puedo
y quisiera morir
porque me asfixia respirar
porque no quiero hablar más,
ni escuchar más.
No quiero más excusas para vivir
porque todos los motivos están vacíos,
porque se borran las alegrías,
porque duran tan poco…

A veces pienso en terminar este capítulo
y mandarlo todo a la mierda
pero encuentro que mi razón es vivir por vivir,
es beberme la vida de un sorbo
como un trago amargo
y disfrutarlo como un dulce
entre los labios
mientras río,
mientras amo,
mientras lloro.

De eso se trata,
de mantenerse con vida,
de seguir respirando
que no me arrebaten las ganas de seguir amando
de buscar motivos,
de seguir moviéndome con la tierra
que no se detiene…
de seguir amándome,
de no perderme,
de rescatarme.

Somos frágiles,
si nos hacen daño lloramos,
nos duele el corazón,
sangramos,
nos caemos,
y nos vamos marchitando
poco a poco
para sentir la vida,
para ser sensibles,
para poder sentir la felicidad,
para poder diferenciarla del dolor.

martes, 22 de noviembre de 2011

Hace mil años luz


Ayer fue,
fue hace mil años luz.
Ahora son nebulosas lejanas,
perdidas en la inmensidad
que regresan
en la aurora boreal
en remembranzas,
en estrépitos susurros
circundando la Vía Láctea.

Ayer,
Se lo llevó un torbellino de pasiones…
Una tormenta de paz,
una marea baja,
la relatividad.

Ayer,
no existe el ayer,
son mentiritas congeladas,
es lo que logres rescatar.
Son trozos de un naufragio
traídos al presente.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Si logro despertar mañana

Si logro despertar mañana,
si abro los ojos
no pensaré que estoy viva,
pensaré que regresé sin mí
que estoy perdida en algún lugar
lejos
y a salvo,
a salvo,
por fin.

Si logro despertar mañana,
tal vez pueda renacer,
tal vez le de otra oportunidad a la vida,
tal vez quiera vivir,
o tal vez lo vuelva a intentar…

Tal vez no sean intentos fallidos nunca más.

Si pudiese despertar mañana
le tomaría la mano a la esperanza,
me vería libre
y sonreiría desde adentro.
Entrelazaría un motivo suspendido en el aire
para respirar un poquito cada día
y poder subsistir.

Si despierto mañana,
juro que me daré una esperanza,
que no detendré mis pasos,
y ya nada estará prohibido,
juro que seré libre.

Si lograse despertar mañana…

martes, 8 de noviembre de 2011

Un mismo Dios y una misma sombra



Desde la mezquita orando a Allah, inclinando las rodillas,
entre túnicas blancas y Ramadán, llega una oración al cielo venciendo el universo, pidiendo paz.
En la tierra bajo un mismo Dios y una misma sombra, se encuentran los hombres luchando, enterrando sus muertos junto con su aflicción.
La tierra se estremece pero sigue girando…

En misa, recibiendo el cuerpo de Cristo,
confesando pecados y pidiendo perdón, por la señal de la cruz,
implorando la paz.
En la tierra bajo un mismo Dios y una misma sombra, las personas callan, inmóviles, atónitas,
le dan la espalda al dolor, el mundo se desangra
mientras la inocencia termina más temprano…

Desde un monasterio budista cerca del cielo, el Tibet extraña al Dalai Lama, los monjes van meditando los secretos del universo, elevándose al silencio que los envuelve de paz.
En la tierra bajo un mismo Dios y una misma sombra, se encuentran los hombres, viviendo de prisa, comprando un poco de alegría
para darse cuenta de pronto que se acaba la vida…

En la sinagoga recordando la noche de los cristales rotos, sanando heridas aun abiertas, estudiando La Torá en el Shabat, siete veces siete van pidiendo a Iahvé en oración que los bendiga con paz.
En la tierra bajo un mismo Dios y una misma sombra, todos somos vulnerables, somos como el cántaro al agua conteniendo esperanza.

Bajo un mismo Dios que no es propiedad,
como nadie es dueño de la verdad,
ni del amanecer,
ni del sol.
El que tenga oídos, que oiga,
que nada nos haga sombra de Dios.
Amén.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Paisaje



La esperanza,
colgajos,
la penumbra se instala,
el atardecer acaece,
indubitos pasan
ven pasar,
indubitos traspasan.

Regresan,
Van.

Y uno,
inmóvil,
solo,
esperando,
confundido,
dejándose arrastrar,
equivocado,
suplicando.

La esperanza,
se posterga
en el cotidiano hastío
hasta la saciedad,
a cuestas de existir,
cohabita tumultuosa,
ecléctica,
diáfana, prohibida.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Al unísono


Cómo me abro paso
entre los atisberos atiborrados de piedad?
Tal vez por un caminillo ciego,
en medio del desierto
por tormentas de arena
debajo de la verdad,
sobre la ufana misericordia,
entre el tener presente mi ausencia
y saber que no tengo esperanza.

Una vaga sonrisa,
mis silencios muertos
dentro del avispero,
en el sentir
como se cuela la muerte
entre espacios vacios de vida,
entre escombros,
como se cuela la vida,
entre espacios llenos de muerte…
entre espejismos,
circundando el firmamento,
al unísono,
es la melodía que toca
sin dejar de tocar,
a cada uno la hora
de la muerte,
Amén.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Estatua de sal

Mi pecado fue voltear,
me quedé mirando el pasado
y me atrapó.
Soy una oda a la melancolía
con sabor a tierra.
Dueña de mi desobediencia,
pecadora condenada a pecar,
emperadora de mi alma,
y esclava a la vez.
Prisionera de este cuerpo,
de esta estatua de sal.
Cada vez más pétrea,
más fuerte.
Sigo estando allí
aunque haya volado lejos.
Sigo siendo yo,
aunque siendo yo, ya no siento.
Pero si me tocas sangro,
las escaras las tengo dentro,
la soledad que me acompaña,
el dulce engaño del consuelo,
la triste alegría de ser feliz,
vivir,
aunque sea, vivir
dormida,
soñando que soy feliz.

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