Introducción de la Autora

En este poemario, Esperanzas Prohibidas, mi primer poemario, realizo una interpretación personal del mundo emocional circunstancial que me rodea. A través de los poemas me desligo del peso de la vergüenza, al mismo tiempo que realizo un ejercicio descriptivo en el cual pretendo realizar un seudo paralelismo. La mayor parte de los poemas son Elegías Apologéticas, descripción bajo la cual deseo conceptualizar el mensaje de los poemas, siendo que estos son un canto a la vida en sus diversos estadios teniendo como protagonista idealizada a la muerte, para reivindicarla y entenderla como la sublime culminación de la existencia material que da paso a otra forma de existencia más conocida como muerte.

Aclaro a todos los lectores que esta es una parte de mi creación literaria, con respecto a POEMARIOS, sobre lo cual respeto las opiniones de toda índole, toda la critica negativa o positiva, por lo cual no serán borrados sus comentarios.
Muchas gracias por leerme,
Lesdia.

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jueves, 28 de abril de 2011

De mi mesa a mi cama y viceversa



Yo te esperaba con ansias
nos encontrábamos en mi mesa,
la excusa perfecta para dejarte conquistar mi cama.
Te esperaba para que disfrutases,
cada detalle con amor de amante,
para quedarme en tu paladar,
para ser tuya, entregarme en la mesa y en la cama,
donde, tú, lo quisieras.
Hacíamos el amor
de mi mesa a mi cama y viceversa.

Por unas horas el mundo se detenía,
el tiempo nos daba permiso de amarnos
desde la mesa servida hacia mi cama de seda,
en cualquier lugar.
No conteniamos tanta pasión,
nos arrebataban los sentidos
de mi cama a mi mesa y viceversa.

Creábamos nuestro mundo, nuestro amor,
mi piel era tu refugio exquisito,
el sabor que no podrías olvidar,
tu banquete de felicidad.
Al cerrar la puerta
no existía nada más,
sólo nuestra perfecta realidad,
sólo nuestra,
no pedíamos más
de mi mesa a mi cama y viceversa.

miércoles, 27 de abril de 2011

Epitafio de mi amor



Salud por la libertad,
por los que saben amar
en fiestas y orgías desenfrenadas.
Salud con el vino tinto sangre
en honor a ti y a tu obra magistral
de partirme sutilmente en pedazos.
Hoy sólo quedan sonidos difusos,
la risa que se ríe del dolor,
el placer irónico,
la perdida de la razón
derramándose por mi boca,
muriendo en el cuerpo de quien no puedo amar.
Palabras que tus oídos se guardan de oír,
yo, las grito viviéndolas de prisa.
Epitafio de mi amor…
No te detengas, sigue, sí…
termina,
sigue tu pasión,
mientras me consumo.

martes, 26 de abril de 2011

Condena de una blasfemia



He sido condenada sin misericordia,
me han despojado de la ropa.
Sin piedad,
me arrancaron todos los cabellos,
llevo un año sin poder ver la luz,
mi cuerpo está lleno de llagas,
de heridas putrefactas,
Ya no deseo vivir,
sólo me queda una esperanza…
No lo puedo decir,
sería una blasfemia,
estoy condenada a muerte.
Yo, no puedo tomar mi vida,
yo, no, pero ellos, Sí.
Mis verdugos vienen ya
a vestirme con túnicas negras,
hambrientos de sangre.
Me pasean por las calles,
el gentío me insulta,
yo no sé de qué…
No importa, ya sólo quiero llegar al hogar,
donde Dios me espera.
Subo unos escalones,
las miradas se me clavan como cuchillos,
es lo último que me llevo,
es lo último que recordaré.
Una soga en el cuello,
después, un dolor insulso,
un dolor que me asfixia,
mil dolores que me desgarran
y un dolor por fin
que corta en dos mi alma.
Me da pena ver mi cuerpo sufriendo,
aunque ya no lo puedo sentir
tengo pena de esa pobre de mí.
La mujer que miro,
la mujer que fui.




Asia Bibi, una mujer cristiana condenada a la horca en el 2010 por el delito de blasfemia en Pakistán que luego fue puesta en libertad gracias múltiples protestas de organizaciones por los Derechos Humanos y protestas masivas de personas que abogaban por su vida. Ahora se esconde para no ser ejecutada por grupos paramilitares de ese país.

Una semana en el paraíso



Llegué a una cárcel blanca,
dos ángeles estaban en la puerta y no me dejaban salir,
me llevaron a una cama blanca y me dieron droga para dormir.
Todo era blanco en ese lugar, sólo las penas eran negras,
las podía ver en el aire flotando lacónicas,
les pude hablar y se durmieron conmigo.
Pude olvidarme de mí y descansar.
pero al despertar me estaban esperando.
Una señora me habló, me dijo, éste es el paraíso,
entró por mis ojos directo a mi alma,
me di cuenta que sí, que era verdad.
Había llegado sin darme cuenta al paraíso,
a una prisión blanca,
donde me inyectaban anestesia para el alma,
donde tenía que aprender la dura lección
que en la vida no se puede anhelar la muerte
porque es una esperanza prohibida.

Una semana en el paraíso (relato)


Sucedió hace varios años cuando estaba un poco, sólo un poco más perdida que ahora…
Era de noche cuando llegué al hospital, me conectaron una sonda por la nariz para extraer todas las pastillas que había tomado unas horas atrás, mi lengua tenía espuma blanca, las enfermeras estaban molestas conmigo, lo recuerdo como algo muy vago pero sí, creo que me decían algo, tenía que ver con la vida y que yo era una inmadura o algo así, no lo puedo recordar con exactitud. Cuando llegó el Dr. comencé a hablarle y contarle toda mi vida, eso es lo que siempre hago en momentos como ese, típico de mi, bueno el pobre doctor se asustó y me derivó de inmediato al paraíso, que era el pabellon de siquiatría del hospital. Lo primero que vi fueron dos portones grandes, un guardia de seguridad, enfermeros, enfermeras y cerraron la puerta con candado. Me llevaron a una cama en la sección de mujeres. Luego de todo eso me puse a llorar sin control, lloraba y lloraba inconsolablemente, todavía no me había dado cuenta que había llegado al paraíso, tenía conectado el suero y me dieron algo para dormir. En frente de mi vi una chica, tenía casi mi misma edad, estaba llorando también pero gritaba y la tuvieron que amarrar, yo la contemplaba mientras su dolor me era tan familiar, algo muy conocido que me hacía sentir por ella una completa empatía. La mañana siguiente seguía sintiéndome mal por la depresión, no hablaba sólo esperaba que me dijeran algo y observaba todo. Horas más tarde llego otra persona, una señora, tendría treintaisiete años más o menos, me contó que el siquiatra la derivó al paraíso para tratar de evitar que le pasara algo malo como intentar suicidarse, porque ya lo había intentado en varias ocasiones anteriores. Ella era una señora dulce al hablar y yo la comprendía perfectamente, comprendía “sus porqués”, al escucharla sin censura y al sentir lo mismo que ella sobre la incomprensión de la vida, me sentía en un lugar tan familiar donde las criticas no existían, donde mis ojos se sorprendían al poder ver a gente tan parecida a mí. Era el paraíso, en cierta forma sí, en cierta forma no…
La chica en frente de mi cama se llamaba Isabelle, ella se había calmado por fin, la medicina había hecho su labor. Isabelle, una dulce Isabelle, sedada por las medicinas hablaba y desvariaba al hablar, yo me asusté un poco al escucharla, ella no podía pronunciar bien pero en el fondo me inspiraba una gran empatía y ternura a la vez. Le regalé mi osito de peluche con mucho cariño, ella se puso a llorar por ese gesto, me agradeció, yo pensaba y sólo podía sentir por ella una gran empatía y ternura a la vez por todos sus gestos tan auténticos, al hablar, al comer, al ser como ella era. En parte yo era así también muy parecida a ella, sólo que me callaba dentro de mí para que las personas no se asusten de lo que sentía y de lo que podía llegar a ser. Me ponía una máscara para que me vean “bien” y me saquen del paraíso de esa cárcel blanca, quería regresar a la realidad, le pedía a mi papá que me sacara, que le dijera al doctor que me diese de alta. Quería ver la calle de nuevo, las personas, quería salir del paraíso, en cierta parte si, en cierta parte no…
Otra señora más llegó, tenía más de cuarenta años, inmediatamente nos contó por qué la enviaron al paraíso. Ella había intentado suicidarse varias veces, con pastillas, nos dijó que debió de haber tomado más de cien pero que no funcionó y lo que debió haber hecho es haber tomado más de ciento cuarenta. Todas las de la sección mujeres la escuchamos atentas, su experiencia valía mucho para nosotras, era una cátedra de la vida. Lo tendríamos en cuenta la próxima vez porque sí, de hecho habría una próxima vez, una próxima vez de llorar inconsolablemente, en la que todo, todo doliera, hasta el vivir y ser feliz doliera en la piel y el alma, inexplicablemente doliera. Una próxima vez cuando al voltear la mirada no encontraríamos nada, ningún camino, solo esperanzas prohibidas, desolación y lágrimas. Nuestra esperanza era la muerte, la cual nos estaba prohibida y continua así hasta hoy.
Por fin me dejaron salir del paraíso, vi la calle, las personas caminando, todo seguía igual, me sentí bien de estar de nuevo en la realidad, la falsa realidad, la que no se conmueve con nada, pero no, yo iba a ser diferente, otra vez empezar, mil veces empezar, caerme y volverme a parar. A los pocos días intenté suicidarme otra vez…

domingo, 24 de abril de 2011

Mi primer día sin ti

Hoy es mi primer día sin tu cariño, sin tu amor, mi primer día sin ti…
Al despertar me di cuenta que ya no estás, y quisiera volver a dormir y soñar contigo otra vez...
He salido a ver el sol, todo sigue igual pero es mi primer día sin ti...
Hay un silencio en la casa pero ese silencio me habla y me dice, no está más…
Sí, si estás aquí conmigo en mi corazón pero es mi primer día sin ti…
Deseo que te vaya bien donde quiera que estés, ve con Dios, mira al cielo, sigue tu camino…
Yo me quedo aquí en este espacio de universo pensando en tu cariño...
Te envío un angelito para que te acompañe mi amor, mi querido pequeñito.
Siempre, siempre me vas a hacer mucha falta…
Es el comienzo de varios días sin ti, sin tu amor que es irremplazable.

jueves, 21 de abril de 2011

Quemaduras Blandas



Una lágrima se precipita al vacío,
quemaduras blandas, que sólo al mirarlas arden
que se quedan y van quedando.
Inspiración funesta de la melancolía,
de muladares oscuros como del cielo caen ángeles,
de posigas nauseabundas, como del rocío de las flores,
en un remolino se juntan y se van juntando.

Una línea tan débil nos separa, nos une y nos ata,
no sé en qué momento se romperá.

Anestesia para el alma,
quemaduras blandas que sólo al mirarlas arden
que se quedan y van quedando.
De principio a fin, eterno,
de anarquías rebeladas como de la dictadura del tiempo,
de amalgama maldita como de la desunión,
en un remolino se juntan y van juntando.

viernes, 15 de abril de 2011

Vals de Penas



Me he quedado vacía,
han embalsamado mi cuerpo,
pusieron flores en mi féretro,
las personas vienen y van,
como bailando en un vals de penas.
Vienen y van llorando atónitas,
yo, desde fuera de mí las miro,
les sonrío bailando ese vals de penas,
beso sus lágrimas,
me saben tan familiar.
Un poco de dolor blanco que van a enterrar,
junto conmigo aflicciones,
palabras postergadas.
Tal vez omití un recuerdo,
no lo sé, ya todo se vuelve confuso.
Les intento hablar pero,
no importa, soy feliz.
Les obsequio mi cuerpo pueden cremarlo,
llévenlo al altar;
los observo desde lejos,
un cortejo fúnebre,
para mí, las esperanzas,
las que tenía prohibidas
ahora son realidad y soy feliz.

jueves, 14 de abril de 2011

Herejías Malditas



Vinieron legiones de demonios hambrientos a cegar nuestras almas mientras nos engañaban,
encadenaron nuestra libertad con pecados mortales.
Tomaron el discernimiento de nuestras mentes y lo hicieron trizas,
censuraron la lógica como herejías malditas,
nuestras cabezas no se movieron, nuestros labios dijeron sí.
Queremos más, más, más, nos volvieron adictos.
¡Dijimos, sí, guíennos a la luz, estamos perdidos!
Vengan encadenen nuestras manos, queremos más,
nosotros no podemos pensar.
Líbrennos del mal que ataca voraz.
Queremos ir hasta el cielo, a uno que nos mintieron que existe.
Pedimos misericordia y perdón.
Los demonios riendo dijeron, Sí,
denles todo lo que piden.

miércoles, 13 de abril de 2011

Déjame Amar



Déjame amar, ten piedad,
déjame amar como en una utopía;
por unos minutos, déjame amar,
por siempre y hasta el infinito,
déjame amar, te lo suplico.
Desde éste precipicio,
no me preguntes por qué,
corazón hipócrita,
dame permiso.
¡No me detengas!
¡Déjame amar por compasión!
Sólo te pido una cosa más,
déjame amar en un invento,
con un poco de ilusión,
déjame amar.

Espectros Caminantes



Espectros caminantes se arrastran por las calles,
entre cemento y concreto no se concretan sus sueños.
Condenados a oír el ruido confuso de la ciudad,
cruzando pistas siempre de prisa,
vehementes van sin cesar por la vida
mientras la monotonía los atrapa en un transe,
sigilosamente aprisionados.
El tiempo maltratado va quedando
como residuo maltrecho
expectando caras desnudas,
dejándonos pasar bajo el gris,
cielo incólume de penas,
de promesas falsas y vidas descontinuadas.

martes, 12 de abril de 2011

Ideologías flagelando el dolor



Mundo gobernado por dogmas,
prohibida la réplica, somos esclavos,
proscritas las esperanzas;
Dios sin conmiseración, gran desconocido.
Blasfemias se liberan incontenibles,
escapan, gritan, lloran, asesinan.
Ideologías flagelando el dolor,
subyugan la mente, embelesan los sentidos,
mentes cautivas, pensamientos estrictos.
Fe de erratas, confusión eterna,
asidero de Dios, de ese, el de la Justicia divina,
ese, el de la venganza es mía.

lunes, 11 de abril de 2011

Soy



Soy como el color palo rosa, pálida rosa, rosa estupefacta,
clamor estremecedor que retumba dentro de mis labios prisionero.
Soy un ángel en busca de esperanzas,
Soy lo que queda de mí,
lágrimas precipitadas atropellándose.
Soy mala y un poco buena tal vez,
soy lo que no digo tratando de aparentar,
lo que sueño, mis pesadillas vivas.
¡No me hagan volver a la inútil realidad, no traten, obnubiladas mentes!
¡Ustedes malditos!
¡Ciegos apáticos, no vengan a mi valle nunca más!
¡Lárguense, terminen de ver como sus días se acaban!
A mí, a mí, déjenme aquí donde construyo mi felicidad,
sí, aquí en el valle solaz, mientras espero, aquí sentada, escribiendo.

domingo, 10 de abril de 2011

Las Bellas Muertas



Consumidas, extintas de pasión,
yacen las bellas muertas sin ilusión.
Pétreas columnas olvidadas,
reliquias de tumbas sagradas.
Recuerdos profanos
de cultos paganos,
las bellas muertas.

Retratos de melancolía,
poesía de la vida,
las bellas muertas.
Recuerdos magníficos,
inmortales sobreviven,
las bellas muertas.

sábado, 9 de abril de 2011

Sin Albedrio



¿Libre albedrio, un desafío o un engaño?
Un invento o un consuelo extraño.
Un intento fallido de dar explicación,
del principio de la desolación.

¿Eso es lo que nos quieres decir,antes de querernos destruir?
Por los caminos secretos del tiempo,
hasta las entrañas de nuestro cuerpo.
Desorientado el libre albedrio sin decisión,
vaga por una inconmensurable desolación.
Palabras subastadas cada segundo,
haciendo el destino nauseabundo.

3 Años, 10 meses y 9 días.




¡Me gustaría que todo esto que estoy viviendo fuese una pesadilla y despertar en otra realidad!¿Qué hago?
¡Sólo sobrevivir en este agreste e infernal mundo hasta que tome la decisión correcta de dejar de existir sin dañar a nadie y me quede en paz para siempre!
Siento como si hubiesen arrastrado a mi alma por las calles del infierno y me quedo, así como soy, sólo hecha del dolor que siento cada instante en mí.
(Escrito por Amy el 7 de Junio 2007 a las 01:05 AM)

Todavía esperaré un poco más, no he sacado el as de copas para terminar éste juego que empezaste, amado Dios desconocido, pero la última tirada del juego la tengo yo, que no se te olvide.
Puedes destruir mi cuerpo pero no tocarás mi alma,
me desterraras al Haberno por el camino de espinas donde andabas;
en la cima de la montaña me lanzaras al vacío para que pueda sentir como dos espadas blancas me cortan las esperanzas.
En el estrepito golpe de la realidad, allí sepultarán mis restos, para quedar libre de la prisión del tiempo que tú, me impusiste, mi amado desconocido.
(Continuado por Lesdia el 8 de abril 2011, a las 09:22 PM)

domingo, 3 de abril de 2011

Mis comienzos con la muerte (Cartas a Atilas)



¡No puedo escribir poemas de amor, soy tétrica, aunque lo deseo, Atilas, no puedo! ¿Y qué puedo hacer? Merezco mil azotes, merezco ser decapitada por eso y con gusto pondría mi cabeza en la guillotina. Crecí en un pandemonio, cuando era niña oraba y pedía llorando a Dios que me llevara lejos de esa tristeza infernal, le rogaba a Dios llorando, y no sé, qué pretendía él, pero aquí estoy, viva; por algún motivo Dios me dejó aquí, tal vez me olvidó o tal vez quería forjar mi hierro con el fuego del infierno. Hasta ahora me lo pregunto sin poderlo entender. Mi oración está viva, aún y sangra cada día, yo no deseo escucharla, pero allí está, viva. Mi oración que viene a mí y me tortura, rasgándome la piel un poco, allí está, viva, yo la sigo padeciendo porque aún tal vez, no lo sé, puede ser, pero yo, espero una respuesta… Mi oración empieza así: “Dios ayúdanos, por favor, has que todo se solucione…” Dicen que la oración de los niños, Dios, sí, las escucha pero ésta, no la escuchó. Yo anhelaba irme tanto con esa señora de traje negro que me miraba entre las sombras, que se alejaba, le pedía que se llevara a esa niña lejos, muy lejos, le rogaba suplicándole, ella era mi sueño más anhelado, mi fantasía más secreta, mi refugio en el dolor y mi paz ambigua.
Esa señora, aquella dama se llevaba a la niña por un camino oscuro, nunca podía ver su cara, pero con todas mis fuerzas quería seguirla, dentro de mis ojos lo hacía, mientras un escalofrío recorría mi cuerpo por tener que dejar de soñar y volver a la espeluznante realidad.

sábado, 2 de abril de 2011

La vida a través de tus ojos



¡Que difícil es mantenerse con vida!
Más difícil que mirar el horizonte estoico a las batallas de la vida donde al final siempre gana la muerte, sin excepciones.
Mantente con vida mientras puedas, piensa que vives mientras vas muriendo poco a poco, hasta que llegues al hogar.
Cierra tus ojos, sueña, hasta que la penumbra te ataque;
habla mientras el sonido te permita mentir.
Y ve muriendo, ve muriendo, un poco cada día.
La vida no es bella, es bello como los sueños entran a través de tus ojos y tú los vas creyendo.
La vida es sentir en cuerpo y alma los azotes de Dios, de ese Dios justo del que tanto me hablan, la vida es lo que quieras creer,
tu palacio, tus castillos de cristal,
tú infierno, una jugarreta de Dios, que presencia el escarnio de los débiles, que sin sentido juega con las almas,
Dios del destino y de las jugarretas sádicas de dolor vitalicio.

Inpertérrita Sombra Mía




Aquí yace ésta alma condenada a oír el grito ensordecedor
de las penumbras escabrosas,
desde los laberintos sin salida
desolados habitan el temor haciendo el amor con el dolor varias veces;
donde la oscuridad hace su festín, los demonios están invitados.
Rostros impávidos, lágrimas perturbadas, silencio aterrador.
Sin descanso, vienen y van danzando, cae granizo, pedradas del cielo, más lágrimas.
Acurrucada termino en un orgasmo insípido con careta de melancolía, indiferente, impertérrita sombra mía.

Visitas, desde Octubre del 2010: