Me ensucié las manos
cavando mi tumba
desgarrando un poco más
lo desgastado.
Arrojé las piedras a las personas que me observaban
porque podían ver mi dolor.
No siempre le toca a todos por igual,
es una plusvalía mal calculada.
He llevado los restos post morten
debajo de la lengua
y cada vez que la abro
colonizan de la espina dorsal para abajo.
Es aquí,
en ningún otro lugar.
Lo aposté todo
pero ninguna flor imperial...
Aprendí, Tras dos intentos fallidos
sin embargo
no regresé completa.
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