Introducción de la Autora

En este poemario, Esperanzas Prohibidas, mi primer poemario, realizo una interpretación personal del mundo emocional circunstancial que me rodea. A través de los poemas me desligo del peso de la vergüenza, al mismo tiempo que realizo un ejercicio descriptivo en el cual pretendo realizar un seudo paralelismo. La mayor parte de los poemas son Elegías Apologéticas, descripción bajo la cual deseo conceptualizar el mensaje de los poemas, siendo que estos son un canto a la vida en sus diversos estadios teniendo como protagonista idealizada a la muerte, para reivindicarla y entenderla como la sublime culminación de la existencia material que da paso a otra forma de existencia más conocida como muerte.

Aclaro a todos los lectores que esta es una parte de mi creación literaria, con respecto a POEMARIOS, sobre lo cual respeto las opiniones de toda índole, toda la critica negativa o positiva, por lo cual no serán borrados sus comentarios.
Muchas gracias por leerme,
Lesdia.

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viernes, 25 de noviembre de 2011

El día que la encontraron muerta



Cuando la encontraron muerta, estaba boca abajo, dormida, sangraba por la nariz pero se la veía feliz, como si la paz se hubiese instalado en su alma para siempre, como si las orquídeas de su jardín secreto hubiesen florecido al fin.

Cuando la encontraron muerta, que fue por la tarde, a la hora de los muertos, el alma se le había volado, libre, como si no dependiera del cielo, como si supiera que la muerte es una segunda vida. Ya había hecho las paces con la vida, tenía un nuevo nombre porque el que tuvo antes se le gastó con el transcurrir de las decepciones y del tiempo que también asesina. Se la veía preciosa, muerta, lejos del mal, intocable, como siempre fue. Bendijo los ojos de todo el que la vio, su paz daba envidia, emanaba dulzura… Hizo que apreciáramos la muerte en todo su esplendor, hizo que nos acercáramos más y el miedo se asustó.

Cuando la encontraron muerta, ya se había ido, estaba a salvo, se quedó dentro de un sueño para no regresar. Podíamos escucharla cuando la leíamos y verla cuando se iba junto con las mariposas. Luego sólo quedaban reminiscencias…

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