Introducción de la Autora

En este poemario, Esperanzas Prohibidas, mi primer poemario, realizo una interpretación personal del mundo emocional circunstancial que me rodea. A través de los poemas me desligo del peso de la vergüenza, al mismo tiempo que realizo un ejercicio descriptivo en el cual pretendo realizar un seudo paralelismo. La mayor parte de los poemas son Elegías Apologéticas, descripción bajo la cual deseo conceptualizar el mensaje de los poemas, siendo que estos son un canto a la vida en sus diversos estadios teniendo como protagonista idealizada a la muerte, para reivindicarla y entenderla como la sublime culminación de la existencia material que da paso a otra forma de existencia más conocida como muerte.

Aclaro a todos los lectores que esta es una parte de mi creación literaria, con respecto a POEMARIOS, sobre lo cual respeto las opiniones de toda índole, toda la critica negativa o positiva, por lo cual no serán borrados sus comentarios.
Muchas gracias por leerme,
Lesdia.

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miércoles, 24 de agosto de 2011

En la estación (Fragmento de "Cartas a Atilas")



… Después de un tiempo perdí el gusto a la comida, no podía sentir el sabor de nada, incluyendo a la vida y dos o tres pasatiempos favoritos. Me quedé viendo el amanecer como si no lo hubiese visto nunca, me llama la atención, otro día más viva. Y después de planear una y otra vez mi dulce final quedaban inconclusos mis planes, todavía no se por qué, será que a pesar de todo amo la vida, muy en el fondo, o será que tengo miedo avanzar, o será que quiero tener esperanza. No lo sé, por ahora sólo especulo con mi vida, pongo en una balanza las opciones. Aunque si lloro no sé por qué lo hago a pesar que a todos invento cosas y les digo lo que se me ocurre, en realidad no tengo la más mínima idea de por qué caen mis lágrimas surcándome los ojos como si fuesen mundos desconocidos uno al lado del otro. Todavía recuerdo el tiempo en el que recordaba por qué lloraba, ahora no, algo debió pasarme en el trayecto pero no lo puedo recordar. Creo que perdí una parte de mi en algún lugar, además he perdido la noción del tiempo, eso debe ser grave… no estoy segura de nada, excepto que estoy sentada escribiéndote esto mi querido, Atilas. Todo sucedió un poco extraño pero no me sorprende, también perdí la capacidad de sorprenderme, desapareció junto con la capacidad de creer en los demás, será porque no me importa… porque no me importa nada. Tomaré en esta estación el próximo tren que me llevará lejos, es eso o me arrojo a las vías del tren, no tengo muchas opciones, no me las doy, no me las permito, por eso tomaré el próximo tren, quiero ir a recuperar mi capacidad de creer en lo que sea, en Dios y en mí, y si existe quiero creer en él. Estoy un poco perdida pero no asustada, es como si estuviese en el limbo de los sentimientos, en medio de la gran nada, esperando el tren…

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