Introducción de la Autora

En este poemario, Esperanzas Prohibidas, mi primer poemario, realizo una interpretación personal del mundo emocional circunstancial que me rodea. A través de los poemas me desligo del peso de la vergüenza, al mismo tiempo que realizo un ejercicio descriptivo en el cual pretendo realizar un seudo paralelismo. La mayor parte de los poemas son Elegías Apologéticas, descripción bajo la cual deseo conceptualizar el mensaje de los poemas, siendo que estos son un canto a la vida en sus diversos estadios teniendo como protagonista idealizada a la muerte, para reivindicarla y entenderla como la sublime culminación de la existencia material que da paso a otra forma de existencia más conocida como muerte.

Aclaro a todos los lectores que esta es una parte de mi creación literaria, con respecto a POEMARIOS, sobre lo cual respeto las opiniones de toda índole, toda la critica negativa o positiva, por lo cual no serán borrados sus comentarios.
Muchas gracias por leerme,
Lesdia.

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sábado, 9 de febrero de 2013

La misma María Magdalena



Cada palabra estaba escrita
con dolor,
con sangre.
Y si volviese a nacer sería una vez más
la misma María Magdalena.

No tengo perfumes para tus pies
pero puedo beber tus heridas,
aún sangrantes.

La misma María Magdalena,
una vez más...

Ahora rechazaré las caricias,
mañana tal vez las suplique,
mañana tal vez sean dádivas.

La misma María Magdalena,
una vez más...
La que abrió su cuerpo,
la que escupió sus entrañas,
la que buscó el camino angosto,
esa vituperada
por los buitres.
Aquella esparcida en la acera
aún vacía,
aún entera e incompleta
tras el intercambio injusto.

La misma María Magdalena,
una vez más...
La que vine a encarnar
no sé por qué...

En mi ventana, me obsequio
me miran y se van...
Sonrío, recordando mi señora amada.
Sé que los días pasan...
Y, si es posible señor...
a parta de mí, ese tocamiento obsceno
esa crucifixión
esta poca vida.
Este amanecer entre cadenas
son sólo sutilezas innecesarias.

La misma María Magdalena
una vez más...

Antes de abrir mis labios.

Pronto el amanecer me cubrirá
con su sombra clara
dejándome al descubierto.
Abandóname,
sé mi luz.

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