Las calamidades se volvieron secretos
las reconocemos
pasan de frente
rozan queriendo herir
aún más
porque los recuerdos aún sangran
brotan como afluentes.
Se van,
se han ido
en la garúa,
en la nota sol desaparecen
tratando de ser amnesia
o insania.
Nunca existió
el acorde de aquel piano
con el que me acordé
que no hay nunca más,
ni amnesia,
ni insania.
Ya sucumbieron ante nosotros…
Vamos todos al sepulcro
a descansar
de este mundo insano
de tanta vergüenza
que da desnudar el alma.
Pero antes,
abrázame
y dime que la vida no asesina.
con el que me acordé
que no hay nunca más,
ni amnesia,
ni insania.
Ya sucumbieron ante nosotros…
Vamos todos al sepulcro
a descansar
de este mundo insano
de tanta vergüenza
que da desnudar el alma.
Pero antes,
abrázame
y dime que la vida no asesina.
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