Señor,
ten piedad de mí.
Asesíname.
Cuando todavía vea el sol,
cuando todavía los rayos de luz iluminen mi rostro.
Antes de perder
este poco de esperanza en mi mirada,
antes que escape sin gravedad
llevada a tu altar.
Un poco de misericordia.
Dame tu mano y llévame
donde no conozco
al lugar sobre el pavimento hirviendo,
descalza
colócame sobre las púas
para saber de qué estoy hecha
y qué es lo que me hace falta.
Míserere meí
Míserere meí
Míserere meí
Continua cantando para mí
cuando voltee a mirar.
No me dejes sola en la última estrofa
en contra alto,
ni sobre el pasto, ni debajo de el.
Cierra mis puertas y mis asideros
cuando deje de jadear
cuando deje de dolerme
cuando sea totalmente tuya
e insensible.
Cierra mis puertas y mis asideros
cuando deje de jadear
cuando deje de dolerme
cuando sea totalmente tuya
e insensible.
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